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Unción

A los tres días de su regreso de Israel,celebró su último culto en el Shrine Auditorium.Fue como había sido siempre.Sin embargo,para entonces,Kathryn estaba tan débil,que apenas podía arratrarse de su camerino a la plataforma.Pero cuando el coro,bajo la direcccion de Paul Ferrin,comenzó a cantar el imponente"Aleluya",de repente,el rostro de Kathryn se iluminó.Su cuerpo recibió energía sobrenatural y una vez más se convirtió en una mujer joven.Se deslizó rapidamente por la plataforma y agitando las manos en el aire,dirigía el canto.En ese momento los años no contaban.Era un vaso del Espíritu Santo.Un instrumento del poder de Dios.

Hija del destino,por Jamie Buckingham

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